La verdadera historia de Hansel y Gretel

Silvina Brizuela

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Estimado Dr. Ludwig Apfelbaum:

Me dirijo a usted cordialmente para informarle del avance de mis investigaciones durante los últimos cinco meses, y las conclusiones a las que he llegado con respecto a la misión que tan generosamente me ha encomendado.

Quiero empezar por confirmar que, efectivamente, usted tenía razón. Los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm nunca se deshicieron de las primeras versiones de sus cuentos. Las he encontrado escondidas en el doble fondo de dos grandes baúles que se encuentran bajo la tutela de los familiares herederos. 

A más de un siglo de haber sido escritas, las hojas se encuentran en perfecto estado, impecables, diría mejor. Me ha llevado horas convencer a los custodios de que me den acceso a estas, y finalmente he logrado tener estos manuscritos en mis manos por algunas horas. En ese corto pero valioso tiempo, hice un repaso meticuloso por la mayoría de los cuentos. Hasta que llegué al de Hänsel y Gretel…

Sepa usted, Señor Apfelbaum, que esta información es sumamente confidencial. No he hablado al respecto con nadie, pues temo que cause una revolución en la literatura clásica o, aun peor, en el acervo cultural. Por esto es que le pido discreción y un cauteloso manejo de la información que aquí suscribo. 

He aquí mis hallazgos:

  1. En primer lugar, los personajes originales del cuento de los hermanos Grimm eran dos hermanos varones: Hänsel y Gregor. 
  2. Según el cuento oficial, la madrastra lleva a los niños al bosque para que se pierdan y no vuelvan, pero en el cuento original se dice que quien los lleva fue su madre. Ella abusaba de los niños físicamente y, en un arranque de lucidez, para evitar hacerles más daño, los abandona en el bosque. 
  3. La tercera diferencia encontrada es la casa de la bruja, que no estaba construida con dulces y galletas. Los niños no comieron las paredes ni las ventanas. Ellos entraron a la casa y adentro encontraron las golosinas y pasteles que luego comieron.
  4. Por último, la parte más impactante de todas es que, después de convivir cuatro semanas con la hechicera, comiendo y engordando (pues iban a ser estofados), Gregor empujó a la bruja adentro del horno y, en lugar de escapar, los hermanos se quedaron esperando a que la anciana terminara de cocinarse para luego darse un gran banquete con ella. 

Me permito destacar que es extremadamente espeluznante la cantidad de detalles que los hermanos Grimm incluyen en su cuento original. Es un relato minucioso acerca de cómo los niños van comiendo cada parte del cuerpo de la bruja. La descripción de los sabores, los jugos de la carne, la untuosidad de los ojos, la rigidez de la lengua al ser masticada, la fragilidad de los huesos… Todo, absolutamente todo, es descrito con tanta claridad que me causó una repulsión y descompostura total. 

Una vez terminado su festín, los hermanos Hänsel y Gregor no volvieron a casa con su padre. Se quedaron viviendo en el bosque, esperando a que cada tanto apareciera algún cazador distraído o un niño perdido para poder repetir el festín canibalesco.

Apenas repuesto de la lectura de este cuento, me dispuse a guardar el manuscrito tal como lo había recibido, cuando noté una hilera de letras muy pequeñas escritas en Hoch Deutsch (alemán antiguo) sobre el margen derecho de la última hoja. Tomé mi lupa para ver mejor y leí: “Historia verdadera”.

Rápidamente terminé de envolver los documentos y partí a regresarlos a los herederos.

Me ha costado mucho dormir luego de mis descubrimientos, como se imaginará, mi estimado Ludwig, pues me han quedado muchas dudas e intrigas. Esperaré sus comentarios e indicaciones acerca de cómo proceder de aquí en más.

De todas maneras, me siento afortunado por haber sido elegido para tamaña investigación y nuevamente le agradezco su confianza. 

Quedo a sus órdenes y lo saludo fraternalmente,

 

Doctor Adalberto Ferrignino

Investigador, Lingüista, Profesor de Lenguas Germánicas