Milagro
Mirtha Briñez
Los Pérez- Sáez, reconocidos por sus fábricas de alimentos. Era una feliz pareja y desde la llegada de Guillermo a sus vidas aún más. Cuándo el niño cumplió los doce años una enfermedad degenerativa se apoderó de él.
Durante unos años los padres recurrieron a la ciencia y a lo espiritual sin encontrar la cura. Desencantados recurrieron a la descabellada idea de los extraterrestres y descubrieron: la Orden Tironiana y una corriente llamada Cienciología, ambas creían en los aliens.
El desesperado padre exploró todos los lugares donde se suponía había actividad alienígena: pirámides, volcanes, océanos y hasta los polos terrestres. Cansado de vagar por el mundo, los seguidores de la Cienciología le sugirieron ir a Nazca.
Para llamar la atención de los aliens; dibujo ente las Líneas de Nazca un enorme círculo de calcita y otro de fuego en el interior de este. En su recorrido por los centros espirituales había escuchado que el círculo representaba el cielo y lo divino: el principio y el fin, el alfa y el omega, la serpiente que se muerde la cola. El círculo de fuego era un poderoso símbolo.
La tercera noche al igual que la anteriores se encontraba acostado sobre su espalda con los brazos y piernas extendido, como el Hombre de Vitrubio, con la cabeza dirigida al norte, pese al inclemente frío y bajo un deslumbrante cielo estrellado. De repente una sombra ocultó el espacio; visualizó un gran aro de luces violeta que rotaban a su alrededor. Su primer pensamiento fue huir, ¿no era ese encuentro, lo que deseaba?
Una fuerza desconocida lo succionó y lo introdujo en lo que deducía era una nave. Fue recibido por unos seres delgados, de elevada estatura, con la cara cubierta por una máscara blanca. Todos iban ataviados por largas túnicas de color índigo. Sintió vergüenza de su desnudez, cubrió sus genitales con las manos.
Fue conducido por medio de una cinta caminadora a una sala; al parecer lo esperaban, le señalaron una silla en donde se encontraba una túnica a su medida. Uno de los presente se dirigió a él en perfecto español:
― ¿Javier Pérez?
―Sí. ¿Cómo lo sabe?
―Sabemos todo sobre las personas influyentes, vigilamos a nuestros seguidores y estamos atentos a quienes quieren nos convocan.
―Entonces conocen mi motivo, para contáctalos.
―Sí, deseas que curemos a tu pequeño, al que aman, aunque no es su hijo.
― ¡Dios, lo saben todo!
―Conocemos la historia.
― ¿Pueden sanarlo?
―Sí, podemos, pero no nos está permitido romper el equilibrio del universo.
― ¿Por qué prolongar su vida romperá el equilibrio del universo? Él es un grano de arena en el vasto espacio.
― ¿Sabe lo que es el Efecto Mariposa?
―Sí.
―Eso pasaría si su hijo sobrevive. Hemos discutido muchas veces su caso y admiramos la determinación de ustedes.
― ¿Le devolverán la salud?
―Sí, los complaceremos, pero debe saber… que usted no regresará y su hijo será estéril, de esa manera el desequilibrio será imperceptible.
― ¿Dejar a mi familia?
―No exactamente, uno de nosotros ira en su lugar. El impostor reparará el defecto en el ADN de su hijo.
―Todo tiene un precio.
―Así funciona el universo: toma y dame.
― Y, yo debó morir.
―Sí, cuándo se cumpla la fecha de vencimiento. ¿Acepta el trato?
―Acepto.
―Se hará… Un milagro.